
Durante los primeros días de vida un gatito requiere de cuidados especiales, porque durante ese periodo son muy frágiles y su salud es muy delicada. Por eso lo ideal es que los gatos bebés estén el mayor tiempo posible con su madre durante las primeras semanas de vida, ella sabe instintivamente cómo cuidarlo, lo alimentará, lo limpiará.
Si por alguna razón esto no es posible, porque la madre murió, fue abandonado, fue separado de la madre, es necesario seguir algunas recomendaciones fundamentales para resguardar la salud del gatito.
Preparar la casa para recibirlo
Si vas a adoptar un gato bebé antes que nada es muy importante preparar tu casa para recibirlo. Que tenga un lugar protegido y caliente donde va a estar en sus primeras semanas de vida, que luego tenga todo lo necesario para realizar sus funciones básicas y sobre todo va a necesitar mucho cariño y atención.
La alimentación del gato bebé
Lo ideal es que al gato bebé lo amamante su madre, que le proporcionará los nutrientes que necesita en ese momento. Pero, si esto no es posible, hay que acudir a un veterinario y comprar allí una leche especial para gatitos, la cual habrá que darle en biberón, hasta que sea capaz de alimentarse por sí mismo.
No es recomendable darle leche de vaca, porque la leche de vaca es demasiado fuerte para un gato bebé, no contiene los nutrientes que necesita en ese momento y puede causarle diarrea.
A veces las gatas rechazan a alguno de sus gatitos y se niegan a alimentarlos, y podemos encontrar algún gatito bebé desnutrido. Si adoptamos un gato bebé es importante que durante sus primeras semanas de vida no esté desnutrido.
Luego de alimentarlo, de que el gatito tomé su leche, al igual que a los bebés humanos, hay que ayudarlos a expulsar el aire. Esto se hará tomando el gato con una mano y colocándolo sobre la mano y con la otra daremos golpes suaves en su lomo.
No es bueno alimentar a un gatito si su temperatura corporal está fría, porque la comida puede caerle mal. Es necesario calentar su cuerpo primero y alimentarlo después.
Las primeras comidas sólidas
Alrededor de las cuatro semanas después del nacimiento de la camada la gata madre desteta a sus cachorros, se cansa de amamantar y se aleja. Es el momento en que se inician las comidas sólidas en el menú del cachorro. Antes de los 21 días debes darle solo leche.
Luego del destete, lo recomendable es darle al minino pienso para cachorros, lo puedes humedecer ligeramente. Él aún no está preparado para ingerir comida más seca y consistente. Hasta el primer año de edad, el pienso para cachorros de gato es el alimento ideal.
A partir del primer año de edad ya podrá ingerir pienso para gatos jóvenes, tomando en cuenta cuál es su raza, su tamaño, su peso, su tipo de pelo.
Agua fresca
Cuando los gatos bebés terminan su periodo de lactancia comienzan a beber agua. Así como el gatito debe recibir la alimentación adecuada, de igual manera debes cuidar el agua que toma. Debe ser agua muy fresca y limpia, para que no se enferme.
La temperatura corporal
La temperatura corporal es algo muy importante para un gato recién nacido y en sus primeras semanas de vida. Hay que mantener su cuerpecito caliente, porque durante sus primeras semanas de vida no son capaces de regular su temperatura corporal por sí mismos. Si su cuerpo se enfría puede inclusive llegar a morir.
Para mantenerlo caliente puedes utilizar bolsas de agua envueltas en toallas, una manta o situarlo cerca de la calefacción, y si es posible, colocarlo entre sus hermanos para que se den calor entre ellos. Aun si es verano, hay que tomar estas medidas para mantener su calor corporal.
La desparasitación
Algo también importante en el cuidado de un gato bebé es desparasitarlo. Porque los gatos pequeños tienen con frecuencia parásitos internos (lombrices) y parásitos externos (pulgas).
La vacunación
Al igual que los bebés humanos, los gatos bebés deben recibir diversas vacunas para prevenir enfermedades y conservar la salud. Si adoptas un gatito bebé no dejes de llevarlo al veterinario para que lo vacunen. Y luego mantente al día con la cartilla de vacunas, si quieres conservarlo con buena salud.
Los buenos hábitos: defecar en la arena
Es realmente importante que desde pequeño tu gatito tenga un lugar para defecar y se acostumbre a hacerlo allí. De lo contrario, puedes tener kaka de gato por toda la casa y es un olor realmente desagradable. Por eso es necesario educarlo. Enseñarlo a usar el arenero.
Inicialmente, no está en la capacidad de desplazarse por si solo hasta el arenero y deberás estimularlo para que defeque, como haría la madre y luego trasladas los excrementos a la caja de arena, para que empiece a asociar ambas cosas: defecar con la caja de arena.
Debes mantener la caja de arena limpia, de lo contrario, lo más probable es que no quiera usarla. Los gatos son animales muy limpios. Observa como viven limpiándose con la lengua y limpiando a sus cachorros.
Cómo estimularlo para que defeque
A los gatos pequeñitos les cuesta hacer sus necesidades, por eso hay que ayudarlos, para que no se pongan malos. ¿Cómo lo puedes ayudar? Coges un paño mojado en agua tibia y lo frotas delicadamente por el ano y los genitales del gatito. Esto lo estimulará para que defeque.
Cuando los gatos son pequeñitos es conveniente observar sus excrementos porque estos pueden indicar si hay algún problema de salud. Si los excrementos son muy blandos o contienen parásitos no es bueno, hay que tomar medidas para ayudarlo.
Enseñarlo a socializar
Para que tu gatito cuando crezca sea sociable y cariñoso, debes pasar con él el mayor tiempo posible en esas primeras semanas de vida, o desde que llegue a tu casa. Habla con él, tómalo en brazos, demuéstrale cariño, enséñale la casa.
Si hay otras mascotas en tu hogar, hay que presentarlos. Dos personas sostienen a ambos animales en brazos y les permiten que se olfateen. Si la mascota que ya tienes en casa es otro gato, inicialmente puede rechazarlo, pero luego se irán acostumbrando a convivir.