
En ocasiones es necesario llevar a nuestra mascota a un centro especial en el que la puedan cuidar por nosotros, ya sea porque tenemos que salir de la ciudad, viajar por negocios, entre otros motivos. Cuando nos dirigimos a estos centros especializados, asumimos que nuestra mascota estará en buenas manos, pero lamentablemente no siempre es así.
Recientemente, una familia en Bogotá, Colombia, tuvo que dejar a sus dos perros en una guardería de mascotas conocida como Boston School en La Calera, Cundinamarca, ya que se iban de viaje. Al regresar e ir a la guardería para reencontrarse con sus mascotas, la familia no daba crédito a lo que estaba pasando: Tato, Schnauzer de 14 años, estaba sin vida y fue entregado junto con Zeus, un Bull Terrier de 9 años.
Por supuesto, la familia quiso saber qué le había pasado a su querido Tato, y obtuvieron como respuesta por parte de la guardería que Zeus lo había atacado recientemente cuando estaban transportandolos a su hogar. Esta explicación no tenía sentido para la familia ¿cómo era posible que Zeus haya acabado con la vida de Tato cuando habían convivido juntos 9 años?
Entre los dos perros nunca se presentaron hechos violentos de ninguna parte, los 9 años que compartieron hogar se llevaban muy bien, por lo tanto, la versión del Boston School carecía de sentido. Sin antecedentes de violencia, era extraño pensar que de un día para otro Zeus haya atacado a Tato y así causado su muerte.
La autopsia y la evidencia demostraban otra versión de los hechos
Ante las dudas de la familia, decidieron llevar a ambos perros a una veterinaria, allí podrían realizarle una autopsia a Tato y examinar a Zeus en busca de algún indicio que confirmara que él había provocado el deceso de su compañero canino.
En primer lugar, Zeus, el Bull Terrier, no tenía manchas de sangre ni ninguna otra señal que evidenciara la versión de la guardería. Además de esto, al realizar la autopsia, los veterinarios determinaron que el perrito llevaba ya varias horas muerto, en concreto unas 12 horas, lo cual anula por completo la historia que el Boston School había dado a la familia.
Al examinar las heridas de Tato, también era notable que habían sido causadas por un perro mucho más grande. Toda esta evidencia consiguió desmentir el relato de la guardería, lo cual causó gran indignación en la familia. Ante la poca responsabilidad de la guardería, la familia decidió presentar una denuncia ante la Fiscalía General de la Nación por maltrato animal.
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Si se había producido un ataque, era deber del School Boston informar a la familia lo que había sucedido de forma inmediata, no tratar de encubrir los hechos y dar falsas explicaciones.
Lamentablemente, la familia no podrá recuperar a Tato, pero desean que se haga justicia, ya que es inconcebible que esta guardería, la cual ocultó el fallecimiento de una mascota que estaba bajo sus cuidados y mintió acerca de cómo se produjo el deceso, quede impune.